Mágica, te escribo porque,
si no lo hiciera,
la música acabaría con el olor a ti que llena ya mis ojos,
Cree que, si te existo, es porque,
al contar mi eternidad,
me faltaron tus manos para estar completo.
Mágica, me hacen falta
tus ojos haciendo nubes con mi aliento.
Por eso, mientras te enciendo en estos versos,
me hundo más en esa muerte que es tu ausencia,
me voy quedando cada día menos completo.
Si te buscara, por lo menos sabría
que jamás te encontraría. Por eso te espero.
Encuéntrame tú en nuestro sitio de antes.
Esta vida ya no basta para que volvamos a vernos.
18 de septiembre de 1983
©Manuel García-Cartagena
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